Un símbolo que me llamó mucho la atención cuando estudiaba Historia del Arte en el instituto (¡qué tiempos aquellos!), fue el de la “mandorla”, palabra italiana que en castellano quiere decir “almendra”. Se trata de la figura geométrica que aparece cuando se entrelazan dos círculos con el mismo radio. La mandorla se utilizaba en las iglesias románicas como una especie de marco con forma de óvalo, para situar dentro de él, la figura de Cristo o de otra figura sagrada.
De esta manera querían simbolizar la puerta a través de la que llegamos a lo sagrado, a la paz y a la plenitud. Y esa puerta no es otra que la integración de los opuestos(masculino/femenino, luz/sombra, cielo/tierra, etc.) y su consecuencia, el equilibrio.